Inca, Incota, Mi Chochete, Mi Dulce Viejilla:
No era consciente de que ya estabas tan cansada; tú si, y aguardaste a que todos estuviéramos en casa para despedirte y partir.
Ahora disfruta allí, en el paraíso, yo estaré contenta sabiendo que un día me reconocerás y juntas cruzaremos el puente del arco iris.
Gracias por…. y también por ese último abrazo que guardaste para mí, Peludica.