Mi cane, mi niña, mi perrica, 18 años a nuestro lado.
Nos cuesta aceptar que te has marchado. No logramos encontrarnos no estando a nuestro lado.
El silencio, el vacío que has dejado.
Ha dolido ver como te apagabas, como acababas por ley de vida.. muy abuelita…
Ninguno de tus achaques pudieron contigo, fue más fuerte el querer que sentimos.
Viviste todo lo que tenías que vivir y te marchaste cuando te tenías que marchar.
Ahora solo nos queda recordarte como eras en esos momentos que llenaste con tu compañía, con tu mirada, con toda tu alma y sobre todo con tu lealtad y mirar esas fotos que tanto nos gustaba hacerte.
Te echamos mucho de menos.
Descansa en paz mi niña.
Nunca te olvidaremos.