Querida Canela:
No está siendo fácil aceptar que ya no estás, pero de ti aprendimos que hay que resurgir de nuestras cenizas. A pesar del dolor, te recordamos tan bonito que te sentimos con nosotros. Te vemos a través de la mirada de Miko, si afinamos el oído aún escuchamos tus ladridos, esos con los que reclamabas nuestro cariño, y si cerramos los ojos aún podemos verte jugando con Beffis o aplastando a Mía con la pata, eras la compañera favorita de los dos.
Viviste como una reina, y allí donde estés seguirás siéndolo. Gracias, porque a pesar de lo que duele vivir sin ti, mereció la pena lo que nos diste durante 13 años.