BOSS, mi gran amor, nunca imaginé que un perro me dejara el vacío que nadie me ha provocado en 61 años. pronto estarás para siempre conmigo, pero ya nunca me despertarás a las 7 como hacías todos los días, ni me seguirás molestando en el desayuno, almuerzo, comida y cena. Cómo me gustaría que siguieras molestándome. Cómo me gustaría volver a tener el piso lleno de pelos. Que el piso siguiera oliendo a perro. Que siguieras sacándome a pasear 4 veces diarias. Que siguieras queriendo ser copiloto en el coche, ese coche en el que te encantaba pasear, igual te daba al Moncayo, a la playa, al Pirineo, siempre atento a la palabra que más te gustaba, «vamos». Que siguieras echándome tu mal aliento las 24 horas del día. No sé por qué, pero no consigo evadirme ni un minuto de tu recuerdo. Ahora es cuando de verdad soy consciente de cuánto me amabas y cuánto te he amado y sigo amando. Nunca he conocido ni creo vuelva a conocer un ser como tú, BOSS