Hola Boli, llegaste a nosotros una Navidad, como el mejor regalo que podían traerle los Magos de Oriente a una pequeña niña de cuatro años. A partir de ese día mil aventuras llenas de momentos inolvidables hicieron de ti un pedacito inseparable de nuestras vidas y de nuestros corazones.
Has sido un perrito bueno, tranquilo y leal, cabezota y despistado, pero valiente y con carácter. Has sido todo y mucho más de lo que nunca pudimos imaginar aquel día en que te vimos por primera vez.
Hoy nos toca decirte «hasta pronto», separarnos por un tiempo y dejarte partir hacia el cielo de los perritos, en el que siempre serás nuestra más brillante estrella y donde un dia, no lo dudes, volveremos a encontrarnos.