CARTA A BOIRA. JUNIO 2020

Querida Boira: estas líneas van directas allí donde estás. Sé que estás durmiendo, descansando ya, y no quiero molestarte más que un poquito, para decirte que ya te echo de menos. En tus espacios, en la cocina, a los pies de la cama, en cada minuto de paz.

Pero no quiero que te pongas triste, porque tu recuerdo me llena más que tu ausencia. Voy a tener que aprender a vivir sin tu morrito picudo en mi pierna, sin tu presencia fija a mi lado, sin tu sombra permanente en los paseos.

Recuerdo tus carreras tan elegantes, parecía que volabas con el viento. Qué gran campeona…, y tus bailes cuando te llamaba y venías haciendo piruetas.

Entraste en nuestra vida ya mayor, castigada, pero te adueñaste de mi corazón y del de toda la familia. Hemos procurado compensarte por todo el dolor que la especie humana te ha podido causar en el pasado, y creo que has sido muy feliz con nuestra familia, tanto humana como perruna. Por cierto, tus tres hermanos de especie, te mandan un beso.

Has sido una buena amiga. Cuando me despedí de tí te lo dije: gracias por ser tan leal. Volveremos a encontrarnos, no lo dudes.

Postdata: Asómate cuando salga el arcoiris. También en el agua de los ríos y en el campo abierto. Chema y yo, allí te veremos siempre.

Firmado: Isabel, pero también Chema, Isamar y José.